El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, confirmó que su administración no planea realizar nuevos despidos en la administración pública provincial.
Sin embargo, aclaró que aquellos trabajadores contratados que no demuestren un compromiso adecuado con sus funciones no tendrán sus contratos renovados. La declaración llega tras la controversia generada por la baja de 448 agentes en diversas áreas del Estado.
Weretilneck justificó las decisiones tomadas como parte de un “proceso de optimización del recurso humano” con el objetivo de mejorar la eficiencia en la gestión pública. “Aquel trabajador al que el Estado le paga el sueldo, lo que tiene que hacer es cumplir”, señaló el mandatario, dejando en claro que las inasistencias, sanciones o sumarios serán motivos suficientes para no renovar contratos.
El gobernador también se refirió al reclamo del sector de la salud, donde gremios como Asspur exigen la reincorporación de trabajadores cesanteados. Weretilneck sostuvo que “las personas cuyos contratos no fueron renovados ya son conocidas” y añadió que, aunque no se anticipan nuevas medidas, los casos podrían revisarse si se presentan argumentos sólidos. “El que no demuestra un compromiso claro con su trabajo, lamentablemente no tiene que seguir en el Estado”, enfatizó.
Desde Asspur, gremio que agrupa a trabajadores de la salud, expresaron su preocupación por las bajas en el personal. Según Marisa Albano, referente del sindicato, “no hay políticas para solucionar definitivamente el problema en salud pública”. Albano destacó que hospitales como el de El Bolsón necesitan urgentemente reincorporar a los tres trabajadores cesanteados para garantizar el servicio.
La situación en el sector salud se ha agravado recientemente, con renuncias de profesionales en Ingeniero Jacobacci. Según denuncias del gremio, un cirujano y dos médicas generalistas dejaron sus cargos debido a las malas condiciones laborales. Además, Asspur informó que los trabajadores despedidos en salud ascienden a 20 en toda la provincia.
Otro gremio que se sumó a los reclamos fue la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Desde la organización demandan la reincorporación de todos los trabajadores cuyos contratos vencieron el 31 de diciembre, así como el pase a planta permanente para evitar futuras incertidumbres laborales.
ATE también advirtió sobre la posibilidad de intensificar las protestas si no reciben respuestas concretas en los próximos días. Con movilizaciones en ciudades clave como Viedma, Bariloche y General Roca, planean extender sus manifestaciones a los principales centros turísticos de la provincia para visibilizar sus demandas.
“El ajuste no puede recaer sobre los trabajadores estatales. Demandamos la renovación de todos los vínculos contractuales, el pase a planta permanente y la reincorporación de todo el personal cesanteado de manera injustificada”, expresó Romeo Aguiar, secretario gremial de ATE. La tensión entre los gremios y el gobierno provincial parece lejos de resolverse, y las próximas semanas serán clave para definir el curso de este conflicto.