En un fallo unánime, el tribunal de juicio declaró culpable al camionero brasileño Carlos Artur de Peder da Silva por el siniestro vial ocurrido el 1 de junio de 2024 sobre la Ruta Nacional 40, que terminó con la vida de los hermanos Lisandro y Ezequiel Linares y de sus hijos, Martina y Taiel.
El veredicto fue leído este viernes en el Centro de Convenciones de Villa La Angostura, donde se desarrolló el juicio oral y público.
“Les anticipo que vamos a aceptar la teoría del caso de la acusación”, anunció el presidente del tribunal, Maximiliano Bagnat, en una sala cargada de tensión. Familiares y allegados de las víctimas aguardaban en silencio, visiblemente conmovidos, mientras se confirmaba la responsabilidad penal del conductor del camión Mercedes Benz.
El tribunal, conformado por los jueces Bagnat, Leticia Lorenzo y Eduardo Egea, concluyó que Da Silva fue el responsable del choque tras ingresar al carril contrario en una curva, perdiendo el control del vehículo en condiciones climáticas adversas. La colisión ocurrió entre los kilómetros 2062 y 2063, en el tramo que une Villa La Angostura con Bariloche.
Durante su argumentación, Bagnat explicó que se descartó la teoría del derrape, sostenida por la defensa del acusado. “Esa hipótesis no tiene sustento probatorio serio”, afirmó, al tiempo que destacó la importancia de la pericia oficial, que determinó que los restos del impacto quedaron en el carril correspondiente a la camioneta Fiat Strada en la que viajaban las víctimas.
Los jueces señalaron que Da Silva, como chofer profesional de transporte internacional, debía extremar los cuidados ante las condiciones de lluvia y nevada de esa tarde. “No dominó de manera efectiva el rodado a su cargo”, señaló Bagnat, lo que derivó en el impacto fatal contra la camioneta conducida por uno de los hermanos Linares.
La audiencia incluyó un análisis crítico del testimonio de un camionero que circulaba detrás del vehículo de Da Silva, al que los jueces le restaron valor probatorio por inconsistencias en la percepción de los hechos. “Pudo haber visto una parte de la secuencia, pero no la completa”, advirtió el presidente del tribunal.
En su alegato final, el fiscal Adrián De Lillo sostuvo que la fiscalía probó la culpabilidad del imputado, con el acompañamiento de las querellas particulares. Los representantes legales de las familias solicitaron también descartar la teoría de la defensa y declararlo culpable de homicidio culposo agravado.
Por su parte, la defensa pública insistió en que se trataba de un caso de “culpa concurrente” y apuntó contra la pericia oficial, aunque sin éxito. Da Silva, que prestó declaración antes de los alegatos, negó haber sido el responsable del choque. Permanecerá en Bariloche hasta la próxima etapa del juicio.
Ahora, la causa ingresará en la instancia de cesura, en la que se definirá la pena que deberá cumplir Da Silva. Las partes tienen cinco días hábiles para presentar las pruebas que consideren necesarias para esa etapa. Mientras tanto, las familias de las víctimas encuentran en el fallo un atisbo de reparación tras una pérdida irreparable.