En el sector barrial ex Hidronor-10 de Marzo, al norte de Cipolletti, los robos se repiten con frecuencia alarmante. Vecinos denuncian que los delincuentes actúan con total impunidad, pese a estar cerca de tres sedes policiales, incluyendo la Comisaría 32, una Comisaría de la Familia y la División Antidrogas de la Policía Federal. La situación genera temor, frustración y una creciente desconfianza en las instituciones.
El último hecho ocurrió en la madrugada del miércoles, cuando un ladrón encapuchado ingresó al patio de una vivienda mientras la familia dormía. Una de las alarmas del auto se activó y alertó a los moradores, aunque no se animaron a salir. Luego, al revisar las cámaras de seguridad, constataron que el delincuente abrió sin dificultad un portón metálico con traba pesada, y accedió al interior del predio. Lo más llamativo fue la pasividad del perro familiar, que se mantuvo al margen durante todo el episodio.
Temor generalizado y sensación de abandono
“Acá te roban a cualquier hora, mañana, tarde y noche. Ya no sabemos qué hacer”, relató una vecina que pidió resguardar su identidad. Contó que los ladrones se llevan reflectores, cables eléctricos y cualquier objeto de valor a su alcance, incluso desde los autos, cuyas puertas abren con facilidad.
A pesar del miedo, los vecinos evitan denunciar ante la policía por falta de confianza en la respuesta institucional. Consideran que el sistema no ofrece garantías y temen represalias, lo que incrementa la sensación de vulnerabilidad. La mayoría opta por reforzar medidas de seguridad particulares, como cámaras y alarmas, aunque tampoco parecen disuadir a los delincuentes.
Una delincuencia organizada y audaz
Las imágenes del robo muestran a un ladrón meticuloso, que no solo logró abrir el portón sin dañar la traba, sino que también cerró cuidadosamente tras salir. Luego caminó unos metros con naturalidad para no levantar sospechas, antes de huir corriendo hacia una zona arbolada.
El caso reaviva el debate sobre la creciente audacia de quienes delinquen en zonas residenciales de Cipolletti, incluso en sectores cercanos a fuerzas de seguridad. En este contexto, los vecinos reclaman mayor presencia policial, respuestas judiciales efectivas y políticas públicas que devuelvan la tranquilidad a los barrios.


