En más de una década de actividad en la formación no convencional de Vaca Muerta, las inversiones han alcanzado un total de 45.000 millones de dólares. El fuerte impulso del sector se ha dado principalmente en los últimos tres años, consolidando a Vaca Muerta como uno de los motores de la industria energética de Argentina.
Hace poco más de diez años, hablar de Vaca Muerta y de inversiones multimillonarias en su desarrollo shale parecía un sueño lejano para muchos. Sin embargo, el tiempo ha demostrado lo contrario: hoy, las inversiones acumuladas en la formación no convencional de Neuquén superan los 45.000 millones de dólares, una cifra que sigue creciendo y que ha llevado a récords históricos en la extracción de gas y petróleo del país.
La mayoría de estos fondos han sido destinados en los últimos tres años, evidenciando el acelerado crecimiento del sector y la apuesta de las empresas en este yacimiento clave para el futuro energético argentino.
Inversiones en Vaca Muerta: una década de crecimiento
El punto de partida para este auge de inversiones se dio en 2013, con el histórico acuerdo entre YPF y Chevron para el desarrollo del bloque Loma Campana, uno de los pilares de Vaca Muerta. Desde entonces, las cifras no han dejado de escalar.
Las inversiones en Vaca Muerta pueden analizarse desde tres grandes ejes. En primer lugar, se encuentran los denominados “planes piloto”, que representan las obras iniciales comprometidas por las operadoras en las áreas concesionadas, y que suelen extenderse entre tres y cinco años. Loma Campana fue uno de los más destacados, con una inversión de 1.200 millones de dólares, seguido por el piloto de La Amarga Chica, donde YPF y Petronas comprometieron 550 millones.
Con el tiempo y a medida que creció el conocimiento sobre el potencial de Vaca Muerta, los montos de estos pilotos disminuyeron, en parte debido a que los riesgos se volvieron más predecibles.
El rol de las inversiones contingentes y anuales
Otro tipo de fondos que ha jugado un papel clave en el desarrollo de Vaca Muerta son las inversiones contingentes. Estas representan los montos que las operadoras proyectan invertir durante los 35 años que dura la concesión, aunque están sujetas a los resultados de la exploración y el contexto económico.
Por último, las inversiones comprometidas en los planes anuales de trabajo de las compañías son las que, de manera concreta, impulsan el crecimiento año tras año. Estas son detalladas por las empresas ante la Secretaría de Energía de la Nación y la provincia de Neuquén, que las autoriza y supervisa.
Según estos planes, desde 2013 hasta finales de 2024, las inversiones en Vaca Muerta habrán alcanzado los 51.041 millones de dólares, una cifra monumental que supera incluso el ambicioso proyecto de GNL inicialmente pensado por YPF y Petronas.
Perspectivas a futuro
El acelerado ritmo de inversiones y la maduración de los bloques en Vaca Muerta han posicionado a la formación como un pilar esencial para la industria energética de Argentina. En este contexto, los expertos prevén que el flujo de capital continuará creciendo, especialmente en áreas con alto potencial productivo como Loma Campana, que concentra casi una cuarta parte de las inversiones totales realizadas en la región.
A medida que el país avanza hacia la consolidación de su matriz energética, Vaca Muerta sigue siendo una apuesta sólida para el desarrollo económico y la competitividad internacional de Argentina en el sector de los hidrocarburos.
Con información Diario Río Negro (Por Verónica Terzaghi)