La Cámara de Empresas Pymes Regionales de Biocombustibles rechazó el proyecto impulsado por la Liga de Provincias Bioenergéticas y la UIA, que propone modificar el régimen vigente. Alertan que la medida concentraría la producción en el Gran Rosario y podría dejar fuera del mercado a las plantas del centro y sur del país.
El debate por la nueva Ley de Biocombustibles encendió una fuerte disputa entre provincias productoras y pymes del sector. Mientras la Liga de Provincias Bioenergéticas —que integran Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy— impulsa una reforma para ampliar la participación del biodiésel y el bioetanol en el mercado, la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB) advirtió que el proyecto “pone en riesgo miles de empleos” y “favorece la concentración productiva en el centro del país”.
La entidad, que agrupa a más de 30 plantas medianas y pequeñas, alertó que la modificación del régimen vigente “viola la seguridad jurídica” establecida por la Ley 27.640, que rige hasta 2030, y que la nueva estructura de licitaciones privadas reemplazaría los actuales cupos regulados, generando una competencia desigual. “Las pymes del interior no pueden competir con las grandes compañías cercanas al puerto de Rosario. El resultado sería el cierre de plantas y la pérdida de unos 12.000 empleos directos”, señaló el comunicado.
Según la cámara, el país tiene una capacidad ociosa del 75% en su industria de biocombustibles, por lo que la iniciativa “no impulsa nuevas inversiones ni mayor producción”, sino que solo determinaría “qué fábricas quedarán encendidas y cuáles apagadas”.
En el otro extremo del debate, los impulsores del proyecto defienden la propuesta como un paso hacia la modernización del sector. La UIA y los gobiernos provinciales que integran la Liga Bioenergética sostienen que la nueva ley permitiría diversificar la matriz energética, aumentar la proporción de biocombustibles en naftas y gasoil, habilitar motores flex y fomentar la libre comercialización por encima de los cortes obligatorios.
El presidente de la Unión Industrial de Tucumán, Jorge Rocchia Ferro, destacó que el objetivo es “dar protagonismo a las economías del norte”. “Tucumán no tiene petróleo ni litio, pero tiene una columna vertebral que se llama azúcar. Si no defendemos esa base, condenamos a nuestra gente a la pobreza”, afirmó.
El enfrentamiento entre pymes y grandes productores expone dos modelos de desarrollo energético: uno que apuesta a la expansión y competitividad a gran escala, y otro que reclama equidad territorial y estabilidad regulatoria. Mientras el proyecto avanza en el Senado, la discusión promete reavivar tensiones regionales y reconfigurar el mapa del biodiésel argentino.


