La Justicia de Río Negro dictó sentencia histórica al condenar a prisión perpetua a los responsables del asesinato de Otoño Uriarte. La familia, que luchó incansablemente por justicia, recibió el fallo esperado después de casi dos décadas de espera.
La Justicia de Río Negro dictó finalmente sentencia en uno de los casos más emblemáticos de la región. Tras 18 años de lucha incansable por parte de la familia, los responsables del asesinato de Otoño Uriarte fueron condenados a prisión perpetua. El crimen, ocurrido en octubre de 2006 en Fernández Oro, había marcado una larga espera de justicia, llena de obstáculos y dudas sobre la impunidad que rondaba el caso.
Este jueves, 20 de marzo, el Tribunal de juicio de Cipolletti leyó el veredicto que condenó a Germán Ángel Antilaf, Maximiliano Lagos, José Hiram Jafri y Néstor Ricardo Cau a la pena máxima de prisión perpetua, tras ser encontrados culpables de la privación ilegítima de la libertad agravada con resultado de muerte. La jueza Florencia Caruso Martín, junto a sus colegas Amorina Sánchez Merlo y Juan Pedro Puntel, dictó el fallo basándose en la gravedad del crimen y en la intención clara de los acusados de privar de su libertad a Otoño con consecuencias fatales.
El caso de Otoño Uriarte, quien fue secuestrada en octubre de 2006 y hallada sin vida en abril de 2007, estuvo marcado por la constante búsqueda de su familia por encontrar justicia. La joven de 16 años había desaparecido sin dejar rastro, y fue su familia la que no descansó en la búsqueda de respuestas, enfrentando además muchas trabas en la investigación que tardó años en avanzar.
A lo largo del juicio, la defensa de los condenados intentó atenuar las penas, especialmente en el caso de Germán Antilaf, argumentando que su rol en el crimen fue menor. Sin embargo, el Tribunal desestimó esta petición y dejó claro que todos los acusados compartían la responsabilidad del crimen y debían recibir la misma pena.
El veredicto también aclaró que, en esta fase, solo se juzgó a los cuatro acusados directos, y no a otras posibles complicidades. La jueza destacó que las alegaciones sobre la participación de la policía en la encubrimiento del caso no fueron parte de la acusación que se abordó en este juicio.
La condena de prisión perpetua, según el artículo 142 bis del Código Penal, es la pena correspondiente para los delitos de privación ilegítima de la libertad con resultado de muerte, como ocurrió en el caso de Otoño. La decisión fue recibida con sentimientos encontrados por la familia, quienes, a pesar de haber logrado el ansiado fallo, siguen cargando con el dolor de la pérdida.
Este caso ha sido un símbolo de la lucha contra la impunidad en Río Negro, y aunque la justicia se haya hecho finalmente, la sensación de que el proceso judicial fue lento y lleno de irregularidades persiste en la comunidad. La historia de Otoño Uriarte permanecerá en la memoria colectiva, y su familia, aunque en paz con la sentencia, sabe que la herida sigue abierta.
Con la condena dictada, el siguiente paso será el cumplimiento efectivo de la pena, y las autoridades judiciales se encargarán de monitorear la ejecución de la sentencia en los próximos días.