El viernes se eligieron a los ciudadanos que juzgarán a Pablo Parra, acusado del crimen de la joven estudiante. El juicio comienza este lunes a las 8.
Medios de comunicación, igualdad, marchas y hasta aborto legal fueron los temas más candentes que surgieron en la selección del jurado popular que va a juzgar a Pablo Parra por el femicidio de Agustina Fernández que comienza mañana. Los hombres se mostraron más introvertidos y reticentes a opinar. Las mujeres, en cambio, expresaron más sus sentimientos, hablaron de las emociones y de sus problemas personales. La selección se concretó el viernes.
“No es fácil no tener una opinión en este caso, escuchamos a la mamá de Agustina en radio, si voy a mantener la misma opinión a lo largo del juicio no lo sé”, se sinceró una potencial jurada.
Hubo mucha honestidad en las manifestaciones sobre todo de las mujeres quienes abarrotaron la sala de audiencias. Se presentó un número muy superior al de los hombres pero también eso dejó en evidencia las diferencias estructurales de género.
Muchas mujeres maternando, con sus bebés en brazos o infancias de muy corta edad. “No tengo quién me la cuide señor juez, el papá está trabajando con diagrama (petrolero), soy única sostén de familia, tengo las mellicitas afuera”, fueron algunas de las primeras explicaciones.
El juez Guillermo Baquero Lazcano, que hace su segundo juicio en la circunscripción y una vez más evidencia su buen manejo con la ciudadanía, consideró las primeras situaciones maternales.
Los hombres pregonaron la igualdad de género, algunos aseguraron estar de acuerdo con el feminismo pero no con los daños que se producen en determinadas marchas. También opinaron en muy malos términos sobre la Policía, consideraron que es violenta, que investiga mal y que hasta recibe coimas.
El que se llevó los laureles con el grupo de los hombres fue el abogado de la querella Emanuel Roa Moreno. Al principio estaban muy reticentes e introvertidos pero cuando tomó la palabra el representante del padre y de la madre de Agustina Fernández el clima se distendió.
Hubo algunos chistes y luego se pasó a los temas profundos: se habló de poliamor, de relaciones afectivas y sentimentales, de infidelidad y hasta del matrimonio igualitario. Las opiniones fueron tan dispares como las edades de los hombres citados. Mientras que los más adultos se mostraron conservadores y llegaron a hablar de una “sociedad degenerada”, los jóvenes opinaron con ideas progresistas.
En general se consume poco en materia de medios de comunicación. Las opiniones colisionaron con la postura del defensor de Parra, Juan Coto, que introdujo en el control de acusación una posible contaminación al jurado por la cobertura del caso. Una mujer dijo que había escuchado a la mamá de Agustina en radio, otra la había visto con el noticiero prendido pero algunas poco conocían sobre el femicidio.
Los hombres, por lo que se vio, son más de la radio. Incluso las partes hicieron un sondeo de medios radiofónicos. “Levanten la mano quienes escuchan al periodista Omar Fuentes y levanten la mano quienes al Pequi Bastonero”, pidieron.
En el rating de audiencia, hubo más manos para el periodista de la radio San Sebastián. Muchos hombres incluso admitieron no escucharlo, aunque sí siguen sus posteos en redes sociales. Alfredo Bastonero también es conocido en el Poder Judicial porque arrastra varias causas vinculadas a los delitos de estafa y extorsión. Incluso fue condenado por varias causas y pasó un tiempo en prisión.
Tanto el periodista Fuentes como Bastonero fueron ofrecidos como testigos del juicio. Ambos entrevistaron al acusado Pablo Parra cuando todavía estaba en libertad y no se le formulaban cargos. Esas manifestaciones periodísticas serán exhibidas ante el jurado popular desde el lunes.
En general, los hombres fueron más discretos al momento de dar una opinión. Las mujeres, por su lado, hablaron abiertamente y con sinceridad. Incluso una llegó a protagonizar un duro cruce con el juez que después de unas palabras apaciguó rápidamente las aguas. También las mujeres mostraron sus debilidades, sus problemas y hasta sus cuestiones emocionales. Mucha tela para cortar.
Fuente RN