El desarrollo del shale enfrenta obstáculos que pueden ralentizar su expansión, desde la disponibilidad de equipos hasta el estado de las rutas y la falta de mano de obra calificada. A pesar del crecimiento sostenido de la producción, el sector debe sortear diversos desafíos para consolidarse como motor de la economía argentina.
En los últimos años, la falta de infraestructura para el transporte de petróleo y gas fue una de las principales trabas para la expansión de Vaca Muerta. Sin embargo, con la reversión del Gasoducto Norte, el Duplicar Plus y el desarrollo de Vaca Muerta Sur, este problema comienza a resolverse. Ahora, el sector enfrenta nuevas limitaciones que ponen a prueba su capacidad de crecimiento sostenible.
El aumento de la demanda de servicios en la industria petrolera expone fallas en la disponibilidad de equipos, la seguridad vial y la capacitación de trabajadores. Estos factores son claves para sostener el ritmo de producción y garantizar la continuidad de los proyectos de inversión.
La necesidad de más equipos para mantener la producción
Uno de los principales problemas que enfrenta Vaca Muerta es la falta de equipos de perforación y fractura hidráulica. Según datos de la consultora Aleph Energy, actualmente hay 9 sets de fractura y 39 perforadores activos en la región. Sin embargo, la capacidad operativa está al límite y se necesitan más recursos para cumplir con los planes de inversión.
En este sentido, se espera la llegada de cuatro nuevos rigs a la Cuenca Neuquina. Sin embargo, la asignación de contratos y la logística de distribución de estos equipos serán clave para maximizar su uso. La industria también ha logrado avances en eficiencia con la implementación del Dual Frac, una técnica que permite reducir el tiempo de fractura en un 30% y optimizar el uso de los sets disponibles.
El éxito de esta técnica ha llevado a que más empresas adopten este método, con YPF a la vanguardia de su implementación. Sin embargo, la falta de equipos sigue siendo un obstáculo que puede afectar la capacidad de crecimiento del sector en el corto y mediano plazo.
Las rutas y la seguridad en los yacimientos, un problema urgente
Otro desafío crítico que enfrenta Vaca Muerta es el estado de sus rutas. La infraestructura vial no ha crecido al mismo ritmo que la actividad petrolera, lo que genera serios riesgos para los trabajadores y la logística del sector. El Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa ha advertido que exigirá a las operadoras y al Gobierno provincial un plan de obras para mejorar la seguridad en los caminos.
La creciente actividad en los yacimientos significa un incremento del tránsito de camiones y equipos pesados, lo que agrava el deterioro de las rutas. Se estima que la actividad petrolera aumentará un 30% este año, lo que implica un incremento proporcional en la circulación de vehículos por caminos que no están preparados para soportar tal flujo.
Además de los problemas de infraestructura, la falta de un plan de mantenimiento y financiamiento para estas obras genera incertidumbre. Actualmente, no está claro si la responsabilidad recae en las operadoras, las empresas de servicios o los gobiernos nacional y provincial. La falta de consenso sobre este tema retrasa la implementación de soluciones concretas.
El déficit de trabajadores calificados y su impacto en el sector
El crecimiento de Vaca Muerta también enfrenta otro problema estructural: la falta de mano de obra calificada. Cada semana, numerosas familias llegan a Neuquén en busca de oportunidades laborales en la industria petrolera, pero muchas no cuentan con la formación necesaria para acceder a los puestos disponibles.
Las operadoras requieren trabajadores con educación secundaria completa y, preferentemente, formación técnica o profesional. Sin embargo, la falta de experiencia y capacitación específica dificulta la inserción de nuevos empleados en la industria. Para abordar esta situación, las empresas han implementado programas de formación en seguridad y operación de equipos pesados, con el objetivo de minimizar los riesgos en el trabajo.
A pesar de estos esfuerzos, la escasez de personal capacitado sigue siendo un obstáculo para la expansión del sector. La necesidad de una mayor oferta de formación técnica es clave para garantizar el crecimiento sostenido de Vaca Muerta y evitar cuellos de botella en la producción.
Nuevas estrategias para optimizar la producción y reducir costos
Para contrarrestar los desafíos mencionados, las empresas que operan en Vaca Muerta han comenzado a implementar nuevas estrategias de perforación y uso de insumos. Una de las principales tendencias es la estandarización de pozos slim y ramas laterales XXL, que permiten reducir costos y aumentar la eficiencia de los yacimientos.
Este enfoque busca disminuir el diámetro de los pozos a cinco pulgadas, lo que facilita la perforación de zonas de alto rendimiento sin aumentar los costos operativos. Además, se está trabajando en la reducción del número de cañerías utilizadas en cada pozo, lo que podría generar un ahorro de hasta un millón de dólares por cada operación.
Otra tendencia creciente es el uso de arenas locales en lugar de materiales importados de otras provincias. La explotación de canteras en Neuquén ha permitido reducir los costos de suministro de arenas de fractura, lo que impacta positivamente en la rentabilidad del sector. Mientras que anteriormente se pagaban hasta 140 dólares por tonelada de arena, hoy los costos han bajado a 30 dólares en boca de pozo.
A pesar de estos avances, Vaca Muerta todavía enfrenta desafíos que deben resolverse para consolidar su papel en la economía argentina. La mejora de la infraestructura, la disponibilidad de equipos y la formación de nuevos trabajadores serán factores determinantes para el éxito del shale en los próximos años. La industria busca garantizar que nada detenga su crecimiento y que Vaca Muerta continúe siendo un motor clave para la transformación energética del país.