Es el área afectada al sur del cerro Champaquí, según Roberto Schreiner, jefe del cuartel de bomberos voluntarios de Villa Allende.El pasto quemado por las heladas sumado a las dificultades para llegar a la zona del fuego aceleraron los focos.
Hace unos días, expertos en meteorología y climatología advirtieron a Clarín que, por su particular sequedad, la ola de frío polar estaba generando un fenómeno llamado helada negra, cuya cualidad es quemar el pasto en lugar de protegerlo con escarcha. La muerte de la vegetación, anticiparon, se podría traducir en un saldo complicado: una gran cantidad de material combustible “disponible” que en unos meses podría empeorar la tradicional temporada de focos de fuego.
Todo eso ocurrió anticipadamente en Córdoba, donde al cierre de estas líneas se desplegaba un incendio de dimensiones mayúsculas, que se llevó puestas al menos 4.000 hectáreas al sur del cerro Champaquí.
Los bomberos estiman “gobernar” el fuego en “un par de días, pero es una pelea cuerpo a cuerpo”, compartió Roberto Schreiner, jefe del cuartel de bomberos voluntarios de Villa Allende, brigadista forestal y vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgo de Córdoba.
“Para darse una idea, yo estuve en el incendio que hubo en el verano en el parque Los Alerces, en Chubut. Entonces se quemaron 8.000 hectáreas en 25 días. Yo estoy en Yacanto y el incendio que estoy viendo desde acá se llevó 4.000 hectáreas en 36 horas”, describió.
La zona de afectación abarca los valles de Traslasierra y Calamuchita. En busca de una explicación a un fenómeno que parece no solo muy grande sino también demasiado adelantado, Schreiner confirmó la trascendencia dos situaciones peculiares, posiblemente relacionadas a los vaivenes extremos que acentúa el cambio climático.
La primera es la propia ola de frío polar de las últimas semanas que, remarcó el bombero y funcionario, en Córdoba continúa: “Acá no aplacó para nada.
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Roberto Schreiner es jefe del cuartel de bomberos voluntarios de Villa Allende, en Córdoba, brigadista forestal y vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgo de esa provincia.
La segunda, nada menor, es que “el invierno se adelantó un mes. El año pasado hubo dos o tres heladas. Este año ya fueron como 15 y todavía faltan casi dos meses de invierno”.
Esto se traduce en un adelantamiento general de la “temporada de incendios forestales” (usando la terminología de Schreiner) y en que los bomberos, que trabajan voluntariamente para paliar el fuego, “deben combatir entre cuatro y cinco incendios diarios”.
Incendios en Córdoba y la regla de los 30
“El adelantamiento de la temporada de incendios tiene que ver con que el frío que empezó en mayo. ¿Qué logró la ola polar? Que el pasto y las banquinas estuvieran completamente amarillos. Yo ahora estoy a 1.000 metros de altura, pero veo el incendio a unos 10 kilómetros. Y ahí arriba, en el cerro Champaquí, que es el más alto de la provincia, hace bastante más frío. Desciende aproximadamente un grado cada 100 metros”, detalló.
En otro contexto, las temperaturas bajas y que la humedad registrada en el cerro (el incendio se desarrolla a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar) sea de aproximadamente 50% son puntos a favor, destacó Schreiner, ya que “escapa un poco de la regla de los 30”.
Imagen del incendio en el sur del cerro Champaquí, compartida por el área de manejo de fuego de Córdoba.
“¿Qué significa? Es un concepto que los brigadistas tenemos muy en cuenta: si la temperatura ronda los 30 grados, el viento supera los 30 kilómetros por hora y la humedad relativa ambiente es inferior al 30%, es un combo perfecto para incendios extremos”, contó.
Aun sin esas condiciones, el incendio en cuestión se desata sin obstáculos, no solo por la sequedad generalizada de la ola polar sino también por un problema topográfico.
“Nosotros detectamos este incendio el domingo a la tarde. Vimos la columna desde el lado de San Javier, pero para llegar hasta ahí, precisábamos cuatro horas. La regla de los 30 no se cumplía, pero la demora en llegar complicaba detener la expansión del fuego”, aclaró. Medió un paso entre ese primer momento y el despliegue por los pastizales del cerro, en un entorno de gran sequedad.
Dotaciones ajustadas para un incendio desmadrado
El historial de incendios que vivió Córdoba en los últimos años dejó un aprendizaje importante, opinó Schreiner: “Estamos totalmente preparados acá. Hemos logrado bajar mucho el tiempo de respuesta inmediata y en gestión de riesgo. En rigor, el área se llama ‘gestión de riesgo climático catástrofes y protección civil’ porque el protocolo de los bomberos es justamente salvar vidas y bienes, en ese orden de importancia. En este caso, por suerte, la zona de viviendas está a muchos kilómetros del incendio”.
No habrá que salvar vidas o viviendas pero paliar el fuego implica un gran sacrificio: “Tenemos 100 bomberos voluntarios trabajando y están llegando 50 más”. Según los detalles oficiales, de Tralasierra participan recursos humanos de las localidades de San Javier, La Paz, Villa Dolores, Villa de Soto, San Marcos, Cruz del Eje y Capilla del Monte. De Calamuchita, bomberos de Yacanto, Villa Berna, Villa Ciudad América, Villa General Belgrano, Rumipal, Potrero de Garay, Despeñadero, La Cumbrecita, Alta Gracia, Berrotarán, Río tercero, Hermano, Calera y Malagueño.
“Yo tengo casi 63 años, aunque los bomberos deberían retirarse a los 55… pero estos son todos chicos jóvenes y hoy es martes, día laboral. Sin embargo, participan de esta situación en condiciones extremas, dadas las barrancas con precipicios de entre 300 y 400 metros”, sumó.
Schreiner quiso remarcar el apoyo con dos helicópteros y dos aviones hidrantes del Plan Nacional de Manejo del Fuego. En tanto, la provincia de Córdoba, la única que cuenta con aviones hidrantes, puso en el lugar un helicóptero y dos aviones, todos hidrantes.
“Ahora el fuego no está controlado”, se lamentó Schreiner, pero destacó: “Lo vamos a frenar. Calculamos que vamos a lograr extinguirlo en un par de días. No hay pronóstico de lluvia. Es mano a mano. Cuerpo a cuerpo con el fuego”.
Fuente Diario Clarín (Foto Más de 160 bomberos combaten el fuego en el Cerro Champaquí, Córdoba) (Por IRENE HARTMANN)