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La Ley Salvatori y el futuro de las energías renovables: ¿Podrá el RIGI garantizar su continuidad?

Con la Ley Salvatori venciendo en 2025, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) se presenta como la clave para asegurar el futuro de las energías renovables en Argentina, consolidando su transición energética mientras se enfrentan desafíos estructurales en la infraestructura eléctrica.

En un contexto donde las crisis energéticas son cada vez más recurrentes y los compromisos climáticos exigen acciones concretas, Argentina enfrenta un desafío crucial: potenciar las energías renovables y atraer inversiones estratégicas complementando el desarrollo de los recursos hidrocarburíferos que el país posee y que son tan necesarios para la transición. Los recientes análisis sobre la Ley 27.191 y el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) son avances en este camino.

La Ley Salvatori: Un Regimen de Fomento Clave

La Ley Salvatori, también conocida como la Ley de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía, fue sancionada en 2015 con el objetivo de fomentar la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables. Esta legislación se implementó con el propósito de diversificar la matriz energética del país, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y promoviendo el uso de energías limpias como la solar, eólica, biomasa y geotérmica.

La ley estableció un régimen de incentivos fiscales, como la exención de impuestos a la importación de equipos y materiales destinados a proyectos renovables, y definió que al menos el 20% de la matriz energética debía provenir de fuentes renovables para 2025. A través de esta iniciativa, Argentina logró atraer inversión extranjera y fomentar la construcción de parques solares y eólicos en varias provincias, mejorando el panorama de las energías renovables y dando un paso importante hacia la sostenibilidad energética.

Sin embargo, la Ley 27.191, que es una extensión de la Ley Salvatori, está por vencer en 2025, lo que deja al país ante una encrucijada: ¿qué sucederá con la transición energética si no se toman nuevas medidas para sostener el impulso de las energías renovables?

El RIGI: Un Pilar de la Nueva Estrategia Energética

La Ley 27.191 podría extenderse, pero además, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) se presenta como una herramienta crucial para asegurar el futuro de las energías renovables en Argentina. El RIGI está diseñado para atraer inversiones extranjeras significativas, con proyectos a partir de 200 millones de dólares, en áreas como la energía renovable y la minería, y ofrece una serie de incentivos fiscales y cambiarios, como una tasa de ganancias reducida al 25% y la libre disponibilidad de divisas.

Este régimen no solo busca fortalecer la capacidad de Argentina para diversificar su matriz energética, sino también crear un entorno competitivo para atraer capital extranjero y generar empleos en sectores clave. El RIGI, junto con una posible extensión de la Ley 27.191, permitiría continuar el avance hacia un futuro más sostenible, al mismo tiempo que genera oportunidades de negocio y desarrollo económico.

Desafíos y Oportunidades en la Transición Energética

La implementación del RIGI y la posible extensión de la Ley 27.191 presentan una oportunidad única para Argentina de consolidarse como un líder regional en energías renovables. Sin embargo, existen desafíos significativos, como las limitaciones en el sistema de transmisión eléctrica, que deben resolverse para garantizar que la energía generada a partir de fuentes renovables llegue de manera eficiente a los centros de consumo.

Asimismo, la regulación y el desarrollo de proyectos de almacenamiento de energía, como las baterías para almacenamiento masivo, es otra área clave para asegurar una transición energética exitosa. Países vecinos, como Chile, ya están avanzando en este tipo de iniciativas, y Argentina tiene el potencial de seguir ese camino.

En Resumen: Un Futuro Energético con Desafíos y Potencial

En conclusión, tanto la extensión de la Ley 27.191 como la implementación del RIGI representan una oportunidad crucial para redefinir el futuro energético y económico de Argentina. Sin embargo, esto no se logrará solo con leyes bien diseñadas, sino con una ejecución efectiva y un compromiso serio de todos los sectores involucrados. Argentina tiene la posibilidad de liderar con el ejemplo, proveyendo energía renovable asequible mientras desarrolla sus recursos fósiles para una transición energética eficiente y para el bienestar de su población.

En un mundo donde la lucha contra el cambio climático ya no es una opción, sino una obligación, Argentina tiene la oportunidad de demostrar su capacidad para balancear el desarrollo energético con el cuidado del medio ambiente. La pregunta es si seremos capaces de aprovechar esta oportunidad, y la respuesta parece ser un rotundo sí.

Ley 27.191

La Ley Salvatori, oficialmente conocida como Ley de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía, recibe su nombre en honor al ex Senador y ex Gobernador de la provincia de Neuquén, Ing. Pedro Salvatori, quien fue el principal impulsor del proyecto en el Senado de la Nación. Como senador, Salvatori fue un ferviente defensor de la necesidad de diversificar la matriz energética de Argentina, promoviendo el uso de fuentes renovables como una alternativa sostenible a los combustibles fósiles. Su trabajo y compromiso con la ley, que buscaba incentivar la producción de energía renovable a través de un régimen de promoción, fue fundamental para su aprobación. La ley no solo refleja su visión de un futuro energético más limpio y sostenible, sino también su legado en la política energética del país.

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