La administración libertaria destacó este miércoles una serie de medidas “para beneficiar a la población”.Qué efecto real tienen estas decisiones sobre la salud pública y cuáles son sus primeras complicaciones.
El flamante Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger, celebró este miércoles a través de la red social X tres decretos sobre salud, que implican cuatro cambios clave vinculados básicamente a la venta de medicamentos y a la desregulación de las obras sociales y prepagas.
Los cambios ponderados por el Gobierno “para beneficiar a la población”, según se expone en el posteo, son: 1) Impulso a los medicamentos genéricos; 2) Venta online de medicamentos; 3) Desregulación de obras sociales; y 4) Implementación de la receta electrónica.
En cuanto al primer punto, que habilitó el decreto 70, la cartera de Sturzenegger recuerda -como se informó oportunamente- que “las recetas y prescripciones médicas deberán efectuarse obligatoriamente expresando sólo el nombre del medicamento genérico, detallando la forma farmacéutica, la dosis y el grado de concentración”.
Más allá de que el Ministerio confunde los medicamentos genéricos -que requieren un proceso de evaluación y certificación que en Argentina no existe- con la prescripción por nombre genérico, la realidad no contemplada en el posteo es la segunda parte de esa historia: tras aquel primer intento oficial de prohibir las marcas comerciales en las recetas, la reglamentación de dicho artículo, firmada un mes después por el ministro de Salud, Mario Russo, volvió a habilitarlo.
El segundo punto, referido a la venta online de medicamentos, también fue autorizado a través del mismo decreto 70, modificación por la que los expendedores pueden realizar la transacción de manera virtual y entregar los remedios a domicilio. En este caso hay dos consideraciones importantes. La primera es que según la propia ANMAT, la venta online de medicamentos puede ser peligrosa. La segunda, que al mercado por el momento le cuesta abrazar esta modalidad.
Gabriel Oriolo, de la Superintendencia de Servicios de Salud, junto con Mario Russo, ministro de Salud.
El argumento de la ANMAT -que en un comunicado oficial reciente matiza el optimismo manifiesto del Ejecutivo-, “en esas circunstancias –N. de la R.: las de la venta online– no puede garantizarse debidamente la calidad de los productos que se adquieren”, sobre todo si el vendedor no es una farmacia reconocida. El organismo estatal alertó, además, que “ello estimula el ejercicio de la autoprescripción, evitando en muchos casos la necesaria consulta al médico”.
Clarín consultó sobre esta cuestión a una de las principales cadenas de farmacias del país, cuya respuesta fue categórica: “Hoy no hacemos venta online de medicamentos. El decreto lo habilita pero por una decisión de negocio no lo estamos haciendo aún. Son muy pocos los pedidos que tenemos en ese sentido. Es un tema que se está analizando porque requiere mucho músculo de la operación y sinergia con sistemas”.
Dudas y resistencia a los cambios
En cuando al punto 3, el de la desregulación de las obras sociales, la modificación que introdujo el decreto 170 no termina de arrancar debido a que las prepagas más grandes del país por el momento se resisten a inscribirse en un registro que es el que habilitaría que los potenciales afiliados las elijan directamente, sin tener que derivar sus aportes a una obra social intermediaria como “tercero validante”. Como reflejó este medio en un artículo reciente, el nuevo sistema al que aspira el Gobierno genera dudas en el sector y en consecuencia no se ha podido avanzar en la medida que el superintendente de Servicios de Salud, Gabriel Oriolo, hubiera deseado.
El ministro Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Modernización del Estado.
Por último, la implementación de la receta electrónica, por el decreto 345, es un imperativo desde el 1° de julio, aunque la forma manuscrita puede seguir conviviendo hasta diciembre. La iniciativa también provoca alguna incertidumbre. Esta misma semana, por ejemplo, la Federación Médica de Mendoza manifestó que “no hay certezas sobre la protección de datos personales y la autonomía profesional”, además de plantear un déficit para la implementación asociado a la brecha digital.
Pese a la inquietud que pueda existir sobre la prescripción en formato digital, según pudo saber Clarín, de los cuatro puntos celebrados por el equipo de Sturzenegger éste sería el que viene alcanzando un avance razonable. En la misma cadena de farmacias consultada aseguraron que “el 49,95 por ciento” de las recetas que reciben hoy son electrónicas y que “la proporción fue mejorando en los últimos meses”.
Todas estas iniciativas aglutinadas tienen en sus enunciados el común denominador de la “lógica antiparasitaria”, la eliminación de intermediarios enquistados en el sistema que estarían impidiendo un supuesto mayor beneficio para la gente. Sin embargo, cada uno de eso decretos supone resistencias políticas y económicas que cierta ambigüedad en la lucha del Gobierno “contra la casta” -pese y a veces por la letra de las normas que dicta- hasta aquí no ha podido doblegar.