El presidente de la Corte Suprema de Justicia ponderó su gestión y se diferenció de la conducción que había cuando ingresó al tribunal. Exhortó a que el Poder Judicial esté “más cerca” de la sociedad. Patricia Bullrich, la única representante del Gobierno. Participaron jueces, fiscales, legisladores, embajadores y académicos.
La Fundación Poder Ciudadano celebró sus 35 años con su clásica cena anual que contó con invitados destacados para el establishment, entre quienes sobresalió la presencia de Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) y del Consejo de la Magistratura, y de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación y única representante del Gabinete de Javier Milei en el evento. El ministro del máximo tribunal ofreció el discurso central de la noche, que contó con un preludio de apertura a cargo del politólogo Martín D’Alessandro, flamante presidente de la entidad anfitriona.
El evento se llevó a cabo el coqueto salón Libertador del Hotel Sheraton, en el barrio porteño de Retiro. Comenzó a las 19:30, con un cocktail de recepción de invitados. En tanto que a las 21 en punto dio inicio la cena, que tuvo como host a Luciana Geuna, reconocida conductora y periodista del canal TN y El Trece.
Patricia Bullrich presente en la cena de Poder Ciudadano (Nicolas Stulberg)
Rossati brindó el discurso central del banquete, en el que se explayó sobre los cambios que ejecutó en la Corte Suprema desde que la preside y la diferenció -sin mencionarlo- de la conducción de Ricardo Lorenzetti, que ejerció la presidencia entre el 2007 y el 2018. “Cuando llegué, el trabajo en el tribunal era muy concentrado y desafiaba el criterio constitucional, que decía que la Corte Suprema debía trabajar de modo colegiado”, sostuvo el juez al analizar los procedimientos del organismo para tomar decisiones judiciales y administrativas.
“Por eso, desde hace seis años -cuando asumió la presidencia Carlos Rosenkrantz, primero, y luego Rosatti- forjó una transformación cultural muy profunda sobre el funcionamiento de la CSJN”, aseguró el presidente del máximo tribunal y ahondó: “Las decisiones se toman por mayoría, no una sola persona. El funcionamiento pasó de la unipersonalidad a ser colegiado”.
Por otra parte, Rosatti aludió al rol del Poder Judicial en la transparencia institucional, una de las banderas de Poder Ciudadano, y se refirió a la importancia de una mayor comunicación de la Justicia con la sociedad. “La Justicia debe tener un lenguaje más claro. Es un lenguaje que debe ser entendido por todos, porque los jueces definimos lo que está permitido y lo que está prohibido, y eso le interesa a todos”, argumentó el magistrado.
A su vez, aludió a la relación entre la calidad institucional y el desarrollo de una sociedad. Defendió la vigencia de división de poderes, y, en una crítica implícita al Decreto de Javier Milei, ponderó la relevancia del acceso a la información pública. “Esos indicadores hacen posible un índice de desarrollo social más completo y rico”, analizó.
En relación con la “velocidad falta de velocidad” de las sentencias, Rosatti señaló que la CSJ emite 12000 fallos por año, contra 120 de la Corte de los Estados Unidos. “Estamos en el límite de las posibilidades. No podemos emitir más sentencias que estas. El problema está en el ingreso. Ingresan causas en proporción geométricas. La mayoría ingresan del propio Estado. En materia provisional, por ejemplo, que para no pagar, apelan. Y ya saben el resultado, porque hay precedentes suficientes en el tribunal”, advirtió el magistrado. En ese punto, se refirió a la judicialización de la política y aseveró que “la falta de respuesta política genera una judicialización. El exceso de ingreso de causas se mide en tiempo. Por lo tanto, es más lenta la justicia”.
Rosatti fue convencional constituyente durante el proceso que reformó la Constitución Nacional, finalizado en 1994. En el marco de los 30 años de aquel hito, contó que cuando se reúne con colegas ex convencionales, “se recrea el espíritu de concordia de aquella época”. Y concluyó, en una crítica a la grieta: “Si pudimos hacerlo hace 30 años, como es posible que no podamos hacerlo ahora mismo en este país”.
Por su parte, Martín D’Alessandro dio un discurso inaugural centrado en la importancia de la calidad de las instituciones para garantizar la transparencia y la eficiencia de la democracia. “No hay en Argentina un mejor lugar para promover la transparencia y la calidad institucional que Poder Ciudadano”, exaltó el ex presidente de la Saap.
“La desconfianza en los gobernantes es la esencia del liberalismo. Si la calidad institucional es baja, entonces se judicializa la política. Porque, en consecuencia, no hay otra forma de controlar que mediante los tribunales. Cuando eso sucede, se tiende a politizar la justicia”, analizó el politólogo y profundizó: “Cuando se politiza la Justicia, la ley deja de ser imparcial, la república y la democracia pierden sentido y se entra en un círculo vicioso”.
Además, D’Alessandro cuestionó la “radicalización” de los líderes políticos tienden a “desconocer” los controles. “El discurso político se enardece, se tiende a polarizar. Y si no se modera, se crea el clima que, finalmente, da lugar a la violencia”, argumentó el titular de Poder Ciudadano. Como conclusión, evaluó que “las buenas instituciones no evitan la corrupción, pero pueden prevenir que haya honestos que se corrompan”.
Los embajadores Marc Stanley, de Estados Unidos, y Kirsty Hayes del Reino Unido(Nicolas Stulberg)
Tras las disertaciones de Rosatti y D’Alessandro se dio inicio a la cena, que estuvo musicalizada por el Quinteto Astor Piazzolla, un conjunto tributo al bandoneonista autor de “Adiós Nonino”. Los cerca de 500 invitaros degustaron una porción de carne con puré de remolacha y tortilla. Entre vino y tango, el Sheraton se convirtió en un ágora de rosca y debate entre las principales del Poder Judicial y de la política argentina.
De la política, sobresalió la presencia de legisladores nacionales como Cristian Ritondo, Karina Banfi, Daniel Arroyo, Florencio Randazzo, Emilio Monzó, Silvia Lospennato, Maximiliano Ferraro, Sabrina Ajmechet. Los legisladores porteños libertarios Ramiro Marra, Jorge Reta, y la radical, Aldana Crucitta. El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, el titular de la Auditoría General de la Nación, Juan Manuel Olmos, el ex intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, el director del Banco Provincia, Sebastián Galmarini, el presidente de la FURP y ex presidente de la Legislatura porteña, Francisco Quintana, el ex titular de la Anses, Diego Bossio, el ex ministro de Economía, Hernán Lacunza.
Del Poder Judicial hubo decenas de jueces presentes, como Alberto Dalla Vía, titular de la Cámara Nacional Electoral, e Inés Weinberg, presidenta del Tribunal Superior de Justicia porteño. Además de fiscales como Carlos Stornelli, Diego Luciani y Julio Conte Grand, el procurador de la provincia de Buenos Aires. En el plano diplomático, participaron los embajadores Marc Stanley, de los Estados Unidos, Kirsty Hayes del Reino Unido, Amador Sánchez Rico, de la Unión Europea, y Romain Nadal, de Francia.
En tanto que también asistieron Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete de la Nación, Adrián Pérez, ex titular de Asuntos Políticos de la Nación, Pablo Walter, subdirector de Anmac, y Miguel De Luca, director electo de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires.
En la última parte del evento, Pablo Secchi, a cargo de la comunicación de Poder Ciudadano, moderó un panel sobre transparencia internacional que contó con la participación de François Valérian, Presidente de Transparencia Internacional, y Mercedes de Freitas, historiadora venezolana.
Fuente Infobae (Por Robertino Sánchez Flecha) (Foto Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, fue el principal orador en la cena anual de la Fundación Poder Ciudadano (Nicolas Stulberg)