A pesar del optimismo oficial, el sector de la construcción continúa sin despegar debido a la falta de inversión en obra pública y el efecto de un “dólar barato” en las construcciones privadas.
Mientras el Gobierno festeja la salida de la recesión, la construcción, uno de los motores tradicionales de la economía, no logra recuperar el impulso esperado. Según los últimos indicadores sectoriales, este sector clave continúa en un estancamiento, en gran medida debido al freno en la obra pública y a un dólar poco atractivo para las inversiones privadas en construcción.
Datos preliminares revelan que, aunque en julio las ventas de cemento mostraron un leve repunte, los meses siguientes registraron caídas consecutivas. La Cámara de Cemento Portland informó que los despachos en octubre descendieron un 20% interanual y acumulan una caída del 26,2% en lo que va del año, lo cual augura un difícil cierre para el sector.
La Cámara de la Construcción ha diferenciado el impacto en los despachos de cemento en dos segmentos: mientras que el cemento envasado, utilizado principalmente en obras privadas, cayó un 11,2%, el destinado a granel para obras públicas registró una baja más acentuada del 27%. Esto refleja cómo el freno en la inversión pública está afectando de manera notable la actividad.
Otro indicador, el Índice Construya, que mide los volúmenes de ventas de productos para la construcción privada, mostró una baja mensual desestacionalizada del 5,43% en septiembre, situándose un 22% por debajo del nivel de 2023. Esta tendencia negativa se ve reforzada por el último dato oficial del INDEC de agosto, que registró una caída del 2,9% respecto al mes anterior y del 26% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
A esto se suma la falta de incentivo para el sector privado: el dólar “barato” encarece los costos de construcción, lo que limita la reactivación del sector privado. Por el contrario, otros sectores, como el consumo de bienes durables, están beneficiándose del crédito y del abaratamiento relativo, lo que está dinamizando la economía en un contexto de alta inflación.
El economista Gabriel Caamaño señaló que “claramente la construcción sigue complicada por el encarecimiento en dólares y el mínimo aporte de la obra pública. Mientras tanto, el consumo durable repunta gracias a mejores condiciones de financiamiento”.
Si bien las principales mediciones privadas, como las de Orlando Ferreres y Econviews, sugieren un crecimiento en la actividad económica general para septiembre, la construcción sigue siendo el sector rezagado. Esta tendencia se observa incluso cuando otros sectores, como el consumo minorista, muestran un repunte que motivó celebraciones oficiales al reportarse el primer incremento interanual en casi dos años.
Econviews concluyó que, si bien “el consumo y algunos indicadores industriales empiezan a recuperarse, el sector de la construcción sigue mostrando complicaciones que limitan su capacidad de impulsar la economía”.