El próximo 26 de octubre, en las elecciones legislativas nacionales, debutará en Argentina la boleta única de papel (BUP), un cambio que promete modificar la dinámica electoral en todo el país.
En Neuquén, el nuevo instrumento genera expectativas, especialmente por su potencial para frenar el arrastre de listas, aunque también abre interrogantes sobre su implementación y la necesidad de capacitar a los votantes.
La Cámara Nacional Electoral aprobó esta semana las pautas mínimas que deberán respetar las nuevas boletas, despejando algunas dudas sobre su formato y presentación. La BUP concentrará en una sola hoja todas las candidaturas, partidos y categorías en competencia, eliminando las tradicionales boletas partidarias. Cada elector recibirá una boleta junto con un bolígrafo, y marcará su elección en los casilleros correspondientes.
A diferencia del sistema neuquino de boleta única electrónica, la BUP nacional no tendrá un casillero para votar lista completa ni casilleros específicos para el voto en blanco. Esta modificación apunta a favorecer el voto más reflexivo y personalizado, evitando que los electores elijan de manera automática a todos los candidatos de un mismo partido.
Capacitación y desafíos para los votantes
Si bien en los partidos de Neuquén no hay grandes dudas sobre el diseño de la nueva boleta, sí reconocen que la adaptación del electorado será un desafío. “Va a ser una experiencia. No sabemos aún cuál será la incidencia final en la elección”, evaluó un dirigente cercano al gobernador Rolando Figueroa.
La capacitación ciudadana será clave, tal como ocurrió en 2019 cuando se estrenó la boleta electrónica para cargos provinciales. Para octubre, se prevén campañas de difusión y simulacros de votación.
Los diseños finales de las BUP serán definidos por los juzgados electorales según la cantidad de listas oficiales. El orden de los espacios en las boletas se sorteará en agosto, y en septiembre se exhibirá la oferta electoral definitiva.
Un sistema que favorece a los partidos provinciales
Uno de los principales cambios de la boleta única de papel es que elimina el arrastre presidencial, una ventaja que beneficiará especialmente a los partidos provinciales en elecciones nacionales.
El gobernador Rolando Figueroa, que en su momento apoyó la reforma, destacó que la eliminación del voto de lista completa permitirá “promover la elección por cada candidato y no de una lista sábana”, defendiendo así el espacio de los partidos locales frente a los grandes frentes nacionales.
En el pasado, el Movimiento Popular Neuquino (MPN) sufrió las consecuencias del arrastre presidencial: en 2011, por única vez, debió adherir a la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner para garantizarse bancas de diputados, una decisión que provocó tensiones internas.
Con el nuevo sistema, tanto el MPN como otros espacios provinciales confían en competir en mejores condiciones.
