Una densa nube de humo se levantó este jueves en la costa del Limay, frente a la Isla 125, y puso en vilo a los habitantes de un barrio privado en desarrollo. Bomberos trabajaron varias horas hasta sofocar el incendio.
La tranquilidad de la costa del río Limay se vio alterada este jueves pasado el mediodía cuando una columna de humo alertó a vecinos y automovilistas que circulaban cerca de la multitrocha. El incendio se inició en una zona de obras y se expandió rápidamente hacia sectores forestados y patios de viviendas en construcción.
Desde los primeros minutos, el fuego avanzó sin control, impulsado por materiales altamente inflamables en la zona. Bomberos Voluntarios de Plottier recibieron la primera notificación a las 13 y desplegaron un operativo que incluyó más de 15 efectivos y cinco dotaciones de la ciudad, además del apoyo de una unidad proveniente de Neuquén capital.
La pelusa de los álamos, un detonante explosivo
El jefe de Bomberos Voluntarios de Plottier, Carlos Mansilla, explicó que el fuego afectó una franja de 500 metros de largo por 15 metros de ancho. “El incendio avanzó en superficie y en altura, afectando la forestación de álamos. La pelusa blanca de esos árboles fue clave en la rápida propagación”, indicó.
Mansilla remarcó que la pelusa actuó como un verdadero acelerante natural. “Es tremenda, parece nafta. La nube que se expandió tan rápido fue producto de esa pelusa, que al entrar en contacto con chispas o brasas genera focos instantáneos”, advirtió. El fenómeno generó gran alarma entre los vecinos que veían cómo las llamas alcanzaban patios, materiales de obra e incluso un tráiler estacionado.
La situación fue especialmente crítica porque el fuego se propagó en un barrio privado en pleno desarrollo urbanístico, donde conviven casas ya habitadas, lotes vacíos y obreros trabajando. El humo y la incertidumbre provocaron temor en los habitantes que observaban el avance de las llamas desde sus propias viviendas.
Causas bajo investigación y operativo intenso
Hasta el momento no hay una hipótesis confirmada sobre el origen del incendio. “Había obreros trabajando en la zona, pero nadie dio precisiones. Podría haber sido un fuego para cocinar o alguna herramienta como una moladora que generara chispas. No se descarta nada”, señaló Mansilla.
El despliegue de los bomberos se extendió por varias horas debido a la magnitud del siniestro. Además de sofocar las llamas, se realizaron trabajos de enfriamiento para evitar reinicios. “Con tanta pelusa de álamo, una simple brasa puede volver a generar un incendio”, advirtió el jefe del cuartel.
El antecedente inmediato refuerza la preocupación: el año pasado, en un sector cercano, se produjo un incendio aún mayor en una chacra con años de acumulación de material combustible. “Los colchones de hojas de pinos y álamos son un peligro latente, igual que ahora con la pelusa”, recordó Mansilla.
Bomberos y vecinos aliviados tras varias horas de tensión
El operativo concluyó cerca de las 17, cuando se confirmó que el área había quedado “totalmente enfriada” y libre de focos activos. No se dispusieron guardias de cenizas, aunque el jefe de Bomberos aclaró que la vigilancia comunitaria es fundamental ante posibles reactivaciones.
Vecinos del barrio privado destacaron la rapidez del accionar de las dotaciones y el acompañamiento de los equipos de seguridad. Muchos registraron la escena con sus celulares y compartieron imágenes del humo que cubrió el cielo de la zona por más de dos horas.
Finalmente, no se reportaron heridos ni daños estructurales graves en viviendas, aunque el fuego alcanzó patios y materiales de obra. El episodio vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de medidas preventivas frente al riesgo de incendios en áreas de expansión urbana cercanas al Limay.
Fuente Agencias

