El fallecimiento repentino se produjo en Miami, donde la campeona de Australia se encontraba para competir en el WTA 1000
El drama invade la vida personal de la tenista bielorrusa Aryna Sabalenka. Konstantin Koltsov, novio de la número 2 del mundo y exjugador de la liga de hockey NHL, murió, a los 42 años, mientras se encontraba en Miami, donde Sabalenka se preparaba para disputar el WTA 1000 de esa porción de la Florida estadounidense. El fallecimiento de Kolstov se produce cinco años después de que el padre de Sabalenka, Sergey, también exjugador de hockey sobre hielo, muriera repentinamente, con 43 años (en 2019).
Koltsov “murió repentinamente”, escribió la federación de hockey sobre hielo de Belarús en un corto comunicado en el que no precisó la causa ni el lugar del deceso. A lo largo de su carrera, el deportista bielorruso llegó a jugar en la potente liga estadounidense NHL, con el equipo Penguins de Pittsburgh. Era pareja de Sabalenka, la doble ganadora del Abierto de Australia. La jugadora, de 25 años, una de las más potentes del circuito, no se pronunció hasta el momento.
Según distintos medios, Koltsov tenía tres hijos de una anterior relación y era la pareja de Sabalenka desde julio de 2021. En la actualidad se desempeñaba como entrenador del equipo ruso de hockey sobre hielo Salavat Yulaev. El club así lo despidió: “Con profundo pesar les informamos que el entrenador de Salavat Yulaev, Konstantin Koltsov, ha fallecido. Era una persona fuerte y alegre, querido y respetado por jugadores, compañeros y aficionados. Konstantin se inscribió para siempre en la historia de nuestro club. Koltsov ganó el Campeonato de Rusia y la Copa Gagarin como parte del Salavat Yulaev, e hizo un gran trabajo en el cuerpo técnico del equipo. El club Salavat Yulaev expresa su más sentido pésame a la familia y amigos de Konstantin Evgenievich Koltsov”.
¿Cuál fue la causa de la muerte de Koltsov? Según distintas versiones de medios rusos y bielorrusos, el novio de Sabalenka habría sufrido “un trombo que se le desplazó hasta un órgano vital provocando la muerte repentina”. Se esperan más detalles en las próximas horas. Sabalenka, que es muy activa en sus redes sociales, solía publicar fotos junto con Koltsov y no ocultaba su agradecimiento hacía él tras una etapa muy compleja de su vida, tras el fallecimiento de su padre, en noviembre de 2019.
“Fue inesperado porque era joven, tenía 43 años. No quería contarlo pero creo que la gente debe saberlo”, dijo Sabalenka, tras la muerte de su padre. De chica le había prometido a su papá que alcanzaría el número 1 del mundo y que ganaría más de un Grand Slam, meta que finalmente cumplió. Sabalenka alcanzó la cima del ranking WTA en septiembre del año pasado y hasta el momento posee 14 títulos, dos de ellos en Australia (2023 y 2024).
Sabalenka figura como la segunda favorita del Miami Open, certamen cuyo cuadro principal comenzará hoy. Teniendo en cuenta su preclasificación, la bielorrusa iba a salir adelantada y jugar, en la segunda ronda, ante su amiga, la española Paula Badosa, o la rumana Simona Halep, que vuelve a competir tras un largo período de inactividad por un proceso de doping.
Arrolladora, sensible y con un tatuaje de un tigre
Sabalenka no pasa inadvertida. Con una personalidad avasallante y poderosos impactos, la tenista nacida en Minsk tampoco oculta sus fragilidades. En su momento lloró desconsoladamente en un court por la cantidad de doble faltas cometidas en un partido (21; en Adelaida 2022). En medio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se les plantó a aquellos que la señalaron por su vínculo con Alexander Lukashenko, el presidente de Belarús que muestra su apoyo a Vladimir Putin. Y también es quien quedó en medio de una polémica por el tamaño de una torta de cumpleaños recibida en el torneo de Madrid (Carlos Alcaraz obtuvo una más grande).
En febrero de 2021, Sabalenka alcanzó la cima del ranking en dobles. Cuando el año pasado lo hizo en singles, se encumbró como la octava jugadora de la historia en llegar al número 1 en individuales y dobles, detrás de figuras como Serena y Venus Williams, Kim Clijsters, Martina Hingis, Lindsay Davenport, Arantxa Sánchez Vicario y Martina Navratilova.
Con la cabeza de tigre tatuada en su antebrazo izquierdo, Sabalenka comenzó a jugar al tenis con seis años y casi por casualidad, al pasar con su padre Sergey, un jugador de hockey sobre hielo, por delante de unas canchas y decidieron probar. Los recuerdos de sus primeros partidos de tenis profesional son algo difusos: “Me acuerdo vagamente de un partido entre Kerber y Serena, en la final del Abierto de Australia 2016. Había pedido un chocolate en un café y había un televisor. Pero en realidad, yo no miraba realmente tenis. No sé por qué”, explicó un tiempo atrás.
En 2012 jugó su primer torneo del circuito ITF y, en 2016, se inició en el circuito profesional, jugando la clasificación en el WTA en Rabat. En 2017 entró en el top cien y acabó la temporada en el puesto 78° tras una final perdida en Tianjin (China) contra Maria Sharapova. Ese mismo año debutó en el equipo bielorruso de la (ex) Fed Cup. En 2018 aparecieron sus primeros títulos (en New Haven y Wuhan) y nació su deseo de ganar Grand Slams y llegar a la cima del tour.
Primero tuvo que domar sus demonios internos. Detrás de su físico imponente (1,82m) y de su juego intenso, con golpes pesados y un saque devastador, cometía constantes dobles faltas que la hundían en la incertidumbre. Entonces añadió a su entrenamiento un trabajo psicológico, que le dio resultados. Todavía generan congoja las imágenes del torneo de Adelaida 2022 cuando no pudo contener su dolor ante la repetición de errores no forzados y doble faltas (llegó a sacar de abajo). La situación se volvió tan incómoda para todos los presentes que la jueza de silla le preguntó: “¿Te sentís bien?”. Sabalenka le confesó: “No puedo sacar”. No hizo ningún gesto sobre alguna lesión que la complicara, ni tampoco pidió atención médica. Claramente estaba atravesando por una crisis emocional.
La invasión bélica de Rusia a Ucrania dividió el vestuario del tenis, sobre todo el femenino, donde la tensión entre las jugadoras del país atacado por el Kremlin y las rusas y bielorrusas no se oculta. En medio de ese conflicto quedó Sabalenka. “Que diga a quién apoya. No la respeto”, rugió la ucraniana Marta Kostyuk tras caer con Aryna en Roland Garros 2023 y no estrecharle la mano tras el partido. Sabalenka admitió que antes del debut en París estaba nerviosa preguntándose si los espectadores la hostigarían.
Sabalenka nació en 1998, que en el horóscopo chino es año de tigre, un símbolo de fuerza, protección y valentía. Esa coincidencia le llamó la atención y se tatuó el animal en un antebrazo. “Creo que tenía 18 años y mis padres no sabían de este tatuaje. Y cuando lo vieron la primera vez mi papá se reía, no sé por qué, pero mi mamá no me habló durante una semana. Y luego ella dijo: ‘Espero que sea el primero y el último’ y yo dije: ‘Sí mamá, es el primero y el último’, y luego me di la vuelta y dije: ‘Con suerte’. Pero ella no escuchó eso. Siento que a veces en la cancha necesito recordar a los tigres y luchar hasta el final. Teniéndolo en mi brazo me aseguro de poder verlo todo el tiempo y estar en llamas”, reveló alguna vez, desafiante, con la misma actitud que la lleva a lo más alto.
Fuente LN