Tras una brutal pelea entre alumnas que terminó con una de ellas herida, la institución volvió a suspender actividades. Desde el sistema educativo advierten que la situación se repite en varias escuelas y que no podrá abordarse sin un trabajo conjunto entre familias, docentes y el Estado.
La violencia escolar volvió a paralizar el funcionamiento de una institución en Neuquén. Esta vez fue el CPEM 34, que suspendió las clases este jueves tras una fuerte pelea entre dos alumnas ocurrida el martes por la tarde, a metros del ingreso al edificio. Una de las jóvenes sufrió cortes y debió ser trasladada en ambulancia.
La situación generó conmoción en la comunidad educativa y abrió un nuevo capítulo en una problemática que se repite en varias escuelas de la provincia. En un comunicado emitido este miércoles por la noche, el equipo directivo informó que se encuentran trabajando con el plantel docente y no docente para delinear propuestas pedagógicas y estrategias de abordaje.
“Es necesario seguir estructurando la línea de trabajo para el día lunes”, señalaron, en el marco de una jornada sin clases destinada a la reorganización interna.
La escena de violencia ocurrió sobre calle Leguizamón, en la zona del Paseo Costero, mientras otros estudiantes observaban. El hecho, que fue filmado y difundido por redes sociales, activó la alarma en el Consejo Provincial de Educación (CPE), donde reconocen que el fenómeno se está volviendo más frecuente.
Mercedes Pilar Durán, directora del Equipo de Apoyo y Orientación Profesional a las Instituciones Educativas (EAOPIE), advirtió en diálogo con RÍO NEGRO RADIO que sin un abordaje conjunto será “muy complejo hacerse cargo” de la situación. “Hay un impacto profundo en la convivencia escolar y también en la relación con las familias, que muchas veces se ven desbordadas”, apuntó.
La funcionaria remarcó que desde el CPE se intenta acompañar a cada institución y aseguró que las escuelas siguen siendo “espacios seguros”. Sin embargo, reconoció que la exposición mediática y la viralización de los conflictos a través de redes sociales “magnifican las situaciones y generan efectos difíciles de reparar”.
El caso del CPEM 34 no es aislado. A fines de mayo, una pelea similar entre estudiantes derivó en la suspensión prolongada de clases en la EPET 19 de Plottier, donde la comunidad escolar estuvo más de dos semanas sin actividad regular.
En ese marco, Durán hizo hincapié en que no se trata de una problemática generalizada, pero sí de una tendencia que se debe abordar con responsabilidad y compromiso interinstitucional. “Las redes sociales son un factor que no podemos controlar desde las escuelas, son espacios personales, pero inciden directamente en la dinámica institucional”, concluyó.