Esa posibilidad implica finalizar el programa actual con el organismo, aunque aseguran que no hay apuro por un nuevo acuerdo que contemple fondos frescos. Cómo siguen las conversaciones.
El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló este viernes que la Argentina podría unificar las dos revisiones pendientes con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que implicaría un desembolso de USD 1.100 millones, la finalización anticipada del programa vigente y una puerta abierta para iniciar las negociaciones por un nuevo acuerdo.
El FMI realiza evaluaciones de los criterios de desempeño (fiscales, monetarios y de reservas) a trimestre vencido. Este mes debería comenzar a analizar la evolución de las metas hasta junio, el noveno examen del programa de facilidades extendidas firmado en 2022. Caputo y el organismo discuten la posibilidad de adelantar la revisión de noviembre, sobre las metas del tercer trimestre.
En el gobierno hay optimismo porque el superávit fiscal de agosto los dejó con margen para “sobrecumplir” esa meta, además de que en lo monetario se mantuvo la política de cero emisión para financiar al Tesoro. Consideran que esa es la mejor prueba de que el rumbo se mantiene “anclado”.
Luis Caputo anticipó la posibilidad de que se unifiquen las revisiones con el FMI (Foto: Gustavo Gavotti)
La duda viene por el lado de los dólares: el BCRA debería poder mostrar que sumó al menos USD 8.700 millones al nivel de reservas netas que había al momento del cambio de gobierno en diciembre. Sin embargo, cálculos privados ubican a la entidad USD 2.000 millones por debajo de ese objetivo.
Los mayores reparos del organismo están puestos en el esquema cambiario, pues considera que la apreciación del peso, con un crawling peg del 2% mensual, la mitad del ritmo inflacionario, atenta contra la acumulación de reservas y, por lo tanto, contra la solvencia del país para afrontar futuros compromisos. El histórico pedido de Washington es un tipo de cambio único y libre.
Para el gobierno abandonar el esquema actual sin divisas de respaldo sería poner en riesgo el principal logro económico de impacto político: la desaceleración de la inflación. Las reservas netas son negativas por entre USD 4.000 y USD 5.000 millones, lo cual imposibilitaría abastecer la demanda de una eventual liberalización del dólar. Es por eso que una de las premisas de los primeros meses es tener “menos pesos” en circulación.
Al disertar este viernes en la Bolsa de Comercio de Rosario, el ministro de Economía, Luis Caputo, junto a parte de su equipo económico, reconoció la posibilidad de “hacer juntas” la novena y décima revisión, por lo que el país podría recibir USD 1.100 millones, cifra superior a los pagos pendientes del año, poco más de USD 830 millones.
“Después de esas revisiones, está la opción de pedir un nuevo programa o no. Pedir un nuevo programa tiene la ventaja que se puede pedir plata adicional, no así con el programa viejo. Ojalá no necesitemos hacerlo. Pero recomponer el balance del Banco Central para nosotros es una prioridad”, resaltó el ministro de Economía.
El flamante viceministro José Luis Daza dijo que el Gobierno mantendrá el camino fiscal y monetario para terminar con la inflación
En el gobierno señalan que no están apurados para conseguir un nuevo programa, a menos que sea conveniente para su hoja de ruta, es decir, que incluya fondos frescos con condicionalidades que no pongan en riesgo la desaceleración de la inflación. En 2025 los vencimientos con el Fondo suman menos de USD 4.000 millones correspondientes a intereses. En 2026 es donde comienzan a operar pagos de capital más abultados.
En las últimas semanas hubo algunos guiños del organismo al gobierno de Javier Milei. El primero fue la noticia de que el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, fue desplazado de las negociaciones con la Argentina y las charlas quedaron centralizadas en su adjunto, Luis Cubeddu. El flamante viceministro de Economía, José Luis Daza, viajó hace tres semanas a Washington y se reunió con Cubeddu.
La posibilidad de que el organismo revise su política de sobrecargos en sus reuniones de otoño también serían un alivio para el país, que paga USD 1.100 millones anuales por tener un préstamo que excede su cuota.
Cerca de concluir octubre, Caputo, Daza, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, tienen pensado aterrizar en Washington para profundizar las conversaciones con el FMI, durante su encuentro formal de otoño. Habrá reuniones con Georgieva, Gita Gopinath –subgerente del Fondo– y Cubeddu, donde la clave será los niveles de ajuste que exija el board para cerrar un nuevo programa económico, como ya publicó Infobae.
Fuente Infobae (Por Agustín Maza) (Foto Javier Milei y Kristalina Georgieva conversan antes de una sesión de trabajo en la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, (Italia)