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El escándalo de espionaje detrás de la pelea que obligó a Javier Milei a reestructurar el Gabinete

La salida de Nicolás Posse esconde una trama que involucra a la custodia de Pettovello. Ahora, en medio de rumores de renuncias, en el Ministerio de Capital Humano temen la reacción de la Justicia. Los anuncios económicos que prepara a Caputo.

Sandra Pettovello y Nicolás Posse llegaron al núcleo del poder desde la intimidad de Javier Milei. Pero de mundos distintos. Él compartió Aeropuertos Argentina 2000. Ella es de su máxima confianza y tiene hasta espacio propio para dormir en una de las casas de huéspedes de la Quinta de Olivos. Nunca pudieron convivir pacíficamente en el Gobierno. Las escenas son infinitas. Ella juraba que él le pisaba las designaciones, obstaculizaba los trámites para que los funcionarios tengan firma, la espiaba a través de la AFI y hasta hubo un episodio delicado y desconocido que la llevó a acudir al propio Presidente. Todo gravísimo para un gobierno sin casta.

La ministra tiene, como corresponde a su rol, una estructura de custodia de máxima seguridad. A ella le tocó Fabián González, el mismo jefe de seguridad que cuidó a Julio De Vido durante toda su gestión en el Ministerio de Planificación. Posse, en un movimiento nunca explicado, quiso cambiárselo y la ministra fue directo al Presidente para avisarle que si se lo sacaban, no aceptaría a nadie más. Se pagaría seguridad privada. Todas las batallas entre Posse y Pettovello las ganó ella, la mujer que hoy volvió a ratificar el Presidente, en el medio del escándalo por los alimentos sin repartir del ministerio de Capital Humano. Posse, se sabe, ya es historia. Las razones no se definieron por su conflicto bilateral con la funcionaria, pero terminó dejando el poder sin que nadie le escuche sus explicaciones.

Guerra de espías

Algo similar vivió Silvestre Sivori, el abogado que trabajó en el ministerio de Guillermo Dietrich en la gestión Macri y había recalado como jefe de la AFI. El ahora despedido funcionario de la agencia de inteligencia tuvo infinitas experiencias extrañas mientras estuvo en el cargo: gente que vive en la calle, que de repente lo miraba a los ojos y le decía: “sabemos quién sos”, o mucho más polémico, lo que le sucedió después del encontronazo entre Posse y Pettovello cuando ella acusaba al ex jefe de Gabinete de seguirla.

El Gobierno denunció al exsecretario de Niñez y Familia en la Oficina Anticorrupción(Foto: Reuters).
El Gobierno denunció al exsecretario de Niñez y Familia en la Oficina Anticorrupción(Foto: Reuters).

Desde entonces, el que era señor 5, asegura haber visto gente que le sacaba fotos a las 3 de la mañana, que lo seguía con el auto y que lo observaban en la calle. Lo escribió Pablo de León en Clarín. Más averiguaciones revelan que mandó a su custodia a identificar a los espías. La respuesta fue más perturbadora: “operan como miembros de una fuerza de seguridad”. El ex funcionario sólo pensó en la custodia de Pettovello. El Gobierno está enredado en un nido de espías que parece fuera de control.

El agujero de la gestión

El Ministerio de Capital Humano mostró fisuras indisimulables. La decisión política de guardar 5 millones de kilos de productos -3 millones de kilos de yerba, casi 1 millón de kilos de leche en polvo, más arroz, puré de tomate, fideos y harina de maíz- en un país hambreado con el argumento de auditar a los comedores, eclosionó esta semana. Ni Juan Grabois puede creer el triunfo que le regalaron. Y están al borde de un serio riesgo penal. En Tribunales se agarraban la cabeza con el desconocimiento del derecho de la funcionaria a cargo de Legales del Ministerio. Dejó a Pettovello al borde de una causa penal por desobediencia. Se llama Leila Gianni, fue la cara oficial de la defensa de Capital Humano. Es una abogada que trabajaba en el Ministerio de Ambiente, militó a Sergio Massa pero ganó la confianza de Pettovello.

El Gobierno denunció al exsecretario de Niñez y Familia en la Oficina Anticorrupción(Foto: Pablo De La Torre).
El Gobierno denunció al exsecretario de Niñez y Familia en la Oficina Anticorrupción(Foto: Pablo De La Torre).

Un referente social sin conexiones políticas pensaba esta semana en el comedor de Maria Báez. Es uno más de miles y miles. Está en Costa Esperanza, Loma Hermosa, un barrio donde solo una imagen al pasar revela el volumen de la necesidad. María ayuda a una ONG y los fines de semana le da merienda a los chicos del barrio con lo que puede y le llega. No le llega nada desde octubre. Y es cierto que no llegó a tener los papeles en orden en el registro de comedores. Perfectamente podrían decir que su merendero, que abre en su casa desde hace seis años, es fantasma.

Corrupción y hambre

La custodia de Pettovello se fue convirtiéndo en un problema político en los últimos días. De las 17 bajas en el Ministerio de Capital Humano desde la asunción del Gobierno, hay una que parece ser un punto de giro, un movimiento que pone las cosas en otro lugar. Es la de Pablo de la Torre, el echado secretario de la Niñez y Familia, el hombre a cargo de la política alimentaria de una gestión que liberó la billetera de las tarjetas Alimentar -que van individualmente a las personas- y cortó a cero -por decisión de Pettovello- el reparto a comedores comunitarios mientras auditaban y denunciaban que muchos de ellos son fantasma. De La Torre es además, hermano de Joaquín, senador provincial, histórico dirigente de San Miguel, aliado estratégico en la provincia de Buenos Aires que ahora, claro, se abrirá del bloque libertario.

Francos dijo que lo despidieron porque no informó correctamente las fechas de vencimiento de la comida. Es cierto. Se supo que también hubo una denuncia de la ministra a la Oficina Anticorrupción por supuestas designaciones truchas. “No puede tolerar ninguna sospecha de corrupción”, justifican alrededor de Pettovello las salidas permanentes de su cartera gigantesca. Desde De la Torre, un médico pediatra sin antecedentes polémicos, dicen otra cosa. Que los custodios de la ministra presionaron y encerraron a un funcionario para que avale una denuncia trucha. Que todo eso se verá en la justicia.

El relanzamiento del Gabinete

Todas las miradas apuntan a la gestión. Y Santiago Caputo, con el termómetro social en la mano, lo sabe. Hasta el propio Presidente se fue de boca en Stanford explicando una teoría económica con el ingrato ejemplo de la gente que podría elegir no morirse de hambre.

Santiago Caputo
Santiago Caputo

Por eso esta semana buscarán alejar fantasmas con el acto de asunción de Francos, la designación de Sturzenegger, la reestructuración de la AFI. “Que en las ideas están bárbaros, pero en la implementación son un desastre”, suele decir Mauricio Macri a quién quiera escucharlo. Hasta Cristina volvió con “funcionarios que no funcionan” en X.

Anuncios económicos

Hay que prestar atención a los anuncios económicos. Si se confirma el proceso de aprobación del paquete fiscal, vendrán anuncios más relevantes, intentando acolchonar la recesión y dar algún alivio. El ministro Caputo espera anunciar en junio la baja de la alícuota del impuesto País, tan adelantado por el Presidente. En mayo, tendrán una abundancia super extraordinaria en la recaudación. Será por el pago de Ganancias de los bancos por los réditos siderales que le dio la devaluación de fin de año. El ministro de Economía celebra: “En mayo sí hay plata”. Las provincias respiran.

Teléfono roto

Macri lleva varias semanas sin hablar con Javier Milei. Ni con Karina. Ni con Santiago Caputo. Conserva un silencio ruidoso esperando la aprobación de la Ley Bases y un posicionamiento incómodo que no define todavía. Está molesto por la discusión con el Gobierno español, desorientado porque no le hacen caso. Todavía no entiende por qué si entraron Caputo y Santiago Baussili al Gobierno, no aceptaron a Leandro Cuccioli, el ex titular de la AFIP, un organismo que comanda Florencia Mizrahi, una abogada técnica de excelente vínculo con el ministro de Economía. Macri siente que ni los propios se quedan de su lado.

Hay algo receloso en el aire. No parece importarle tanto que no confíen en él como su percepción de que con Cristina y el peronismo, el Gobierno tiene túneles más aceitados y conducentes. Suele hacerle planteos directos, sobre todo a Caputo, el estratega presidencial, acerca de lo desigual que percibe la efectividad de las conversaciones con él versus las que mantienen con algún sector de la oposición.

En medio de la tensión en el oficialismo, hubo una reunión de urgencia entre Mauricio Macri y el asesor de Milei, Santiago Caputo. (Foto: NA / Mariano Sánchez)
En medio de la tensión en el oficialismo, hubo una reunión de urgencia entre Mauricio Macri y el asesor de Milei, Santiago Caputo. (Foto: NA / Mariano Sánchez)

Hay una persona clave en esa comunicación intestina. Es Juan Manuel Olmos, que ocupa ese rol desde que Karina Milei le pidió su contacto en los intercambios de los debates presidenciales. Existe entre ellos una coincidencia -por supuesto no ideológica pero sí metodólogica- en las relaciones políticas: es la herramienta de la frontalidad. Una característica que el círculo chico de Milei no ve en el ex Presidente. Un funcionario muy influyente lo explica así: “Él te habla y te dice lo que tenés que hacer, pero jamás expresa lo que le interesa en realidad. Si lo dijera, conversaríamos distinto”.

Milei a Cristina Kirchner: “Quedate tranquila”

Con el peronismo está ese acuerdo de sinceridad brutal. Hubo, hasta ahora, consultas de ida y vuelta desde el día mismo que el Presidente ganó las elecciones en noviembre. Cristina necesitaba ese salvoconducto para garantizarse alguno de los temas que le sacarían el sueño, como la custodia. A pesar de los esfuerzos de Patricia Bullrich por anunciar que la pasaba a su circuito, eso nunca sucedió. La razón es la voluntad de la ex Vice que Milei respeta. “Quedate tranquila”, llegó a decirle al oído en una oportunidad.

En ese ejercicio de comunicación hubo consultas subterráneas sobre la Ley Bases y el paquete fiscal y, por supuesto, acerca de las candidaturas del juez Ariel Lijo y de Néstor García Mansilla a la Corte Suprema de Justicia. Está claro que en las leyes la respuesta fue que el combate sería total.

Cristina Kirchner en la ceremonia de traspaso de mando de Javier Milei en el Congreso de la Nación (Foto: AFP)
Cristina Kirchner en la ceremonia de traspaso de mando de Javier Milei en el Congreso de la Nación (Foto: AFP)Por: ALEJANDRO PAGNI | AFP

El kirchnerismo se emocionó en algún momento de la semana con la idea de voltear las normas enviadas por el Gobierno. “No hay ninguna posibilidad. Ellos son los dueños de la billetera”, les opinaba un operador peronista. Algo de razón le dio la realidad. Con Lijo es todo distinto. Un movimiento que tendrá su coreografía tras bambalinas hasta el final, cuando una sesión que requiera los dos tercios de los presentes defina el final de esta historia.

“A mi me dijo que si no le aprueban los dos, no firma la designación”, cuenta Macri a su entorno. Cuestiona la desprolijidad. No entiende algunos movimientos libertarios. Y rechaza de plano la designación del juez federal.

También hilvana la unidad de su partido resquebrajado apuntando a producir algún encuentro entre sus “20 caras principales” que comunique algo que no sean rencores. Siempre lo fastidió el internismo. La laboriosa tarea de tejer consensos, de convencer. Algo de esa intemperancia se vio en un diálogo que tuvo con Guadalupe Tagliaferri, la senadora del PRO, alineada políticamente con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, ex ministra de Desarrollo Social de la Ciudad y pieza clave en la discusión de la Ley Bases y el paquete fiscal en la Cámara Alta.

Fue hace tres semanas. La senadora nunca había tenido un cara a cara individual con el ex Presidente. Pero después de que ella no acatara su orden, transmitida por el jefe de bloque, Luis Juez, de aprobar a libro cerrado los dos proyectos tal cual habían llegado desde Diputados, la convocó a su oficina en Olivos. Fue un encuentro de dos, cargado de tensión y con final infeliz. Él le exigió verticalidad. Ella se la negó. Tagliaferri terminó firmando sobre la hora el dictamen de mayoría pero después de dar una dura batalla por cambios que en gran parte, consiguió. La senadora es también una persona estratégica en la comisión de Asuntos Constitucionales. Justamente el lugar donde se definirá el futuro de la Corte Suprema.

Por Luciana Geuna

Fuente TN

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