El juicio por el crimen de Otoño Uriarte, ocurrido en 2006, sumó una declaración crucial con la presencia de Daniel Jara, exjefe de la policía y actual ministro de Seguridad de Río Negro.
En el décimo día de audiencias, Jara aportó detalles sobre la investigación que lideró durante tres años, destacando pruebas, procedimientos y tensiones del caso.
Del pedido por escrito a su testimonio presencial
Inicialmente, Jara había solicitado declarar por escrito, lo que generó críticas por el posible retraso que esto implicaría en un proceso que lleva casi dos décadas sin respuestas definitivas. Finalmente, su testimonio en persona abrió nuevas perspectivas sobre los hechos y las pruebas recopiladas.
El nylon con nudos y el rol de los perros
Uno de los elementos destacados por Jara fue un nylon negro hallado cerca del lugar donde apareció el cuerpo de Otoño. Este objeto, sometido a pericias de ADN y odorología, fue clave para rastrear olores hasta domicilios vinculados con personas del entorno de la joven.
“Ese nylon presentaba nudos particulares, y aunque al principio no teníamos identificación, los perros lograron trazar un recorrido hacia dos lugares específicos”, señaló el ministro.
El último recorrido de Otoño
Jara también relató que la última vez que se vio a Otoño fue cerca de su domicilio, en la intersección de las calles Kennedy y Cipolletti. Este dato fue corroborado por pericias y testimonios de vecinos, aunque la defensa de los imputados cuestionó la solidez de estas pruebas durante el contrainterrogatorio.
Hallazgos clave: el celular y la bicicleta
El celular de Otoño, encontrado por trabajadores de una chacra, fue peritado, pero no arrojó información relevante. En cambio, su bicicleta, hallada en la casa de uno de los imputados, resultó un indicio significativo que reforzó la hipótesis sobre su entorno cercano.
Vinculación con los imputados
La investigación de Jara vinculó directamente a los imputados con lugares frecuentados por Otoño. Según el ministro, los elementos recolectados, como el nylon y los rastros olfativos, apuntaban hacia estas personas. Además, mencionó un episodio intimidante por parte de algunos acusados, quienes irrumpieron en una base policial.
El impacto emocional del caso
En su declaración, Jara enfatizó el daño emocional que el crimen causó en la comunidad de Fernández Oro. “Otoño era una joven conocida por todos, y su desaparición marcó a la localidad de una manera irreparable”, expresó.
Advertencia antes de la declaración
Previo al testimonio de Jara, la defensa de uno de los imputados solicitó que se le recordara al testigo no emitir juicios de valor sobre las declaraciones de los acusados. La jueza del caso respaldó esta solicitud, buscando preservar la imparcialidad del proceso.
Un juicio marcado por las tensiones
La intervención de Jara refleja tanto los avances como las complejidades que ha enfrentado el caso. Su relato aportó nuevos elementos, pero también destacó las dificultades para conectar todas las piezas y obtener justicia para Otoño.
Una comunidad que no olvida
El juicio continúa mientras la comunidad de Fernández Oro espera respuestas definitivas. La figura de Jara, con su experiencia en la investigación, se mantiene en el centro del debate, generando expectativas y también cuestionamientos sobre los procedimientos seguidos.
Con nuevas pruebas y testimonios, el caso Otoño Uriarte sigue siendo un tema central en Río Negro, en busca de justicia tras años de incertidumbre.