El gremio legislativo de Río Negro atraviesa un momento de crisis y división interna. La Asociación del Personal de Empleados Legislativos (APEL) se encuentra en medio de un conflicto que ha polarizado a sus miembros y ha generado enfrentamientos entre dos facciones dentro de la organización.
Por un lado, la comisión directiva del gremio, encabezada por Fresco, Verónica Chirinos, y Mario Prieto, ha tomado la decisión de suspender al secretario general, Gustavo Morón, por un periodo de 45 días. Esta medida se basa en acusaciones de que Morón habría tomado decisiones sin consultar con el resto de la dirección del sindicato, además de haber intentado intervenir de manera inadecuada con las autoridades legislativas para favorecer la contratación de una persona de su círculo cercano. Según la comisión directiva, esta suspensión es una medida preventiva ante lo que describen como un “caos interno” dentro del sindicato, y aseguran que es necesaria para restablecer el orden y la transparencia en la gestión del gremio.
Por otro lado, Gustavo Morón y sus seguidores han rechazado categóricamente la suspensión, considerándola injusta y parte de una estrategia para debilitar su liderazgo. En respuesta, Morón ha convocado a una asamblea extraordinaria con el objetivo de revocar la decisión de la comisión directiva. Argumenta que no existen pruebas concretas de las supuestas irregularidades que se le imputan y sostiene que la medida tomada por la directiva no refleja el sentir de la mayoría de los afiliados. Morón y su grupo de apoyo exigen una asamblea democrática en la que todos los miembros del sindicato puedan expresar su opinión y decidir el rumbo a seguir.
Este conflicto expone una lucha más amplia por el control del sindicato, que ha dejado al gremio en una situación de inestabilidad y división. Las decisiones recientes han generado una fuerte polarización entre los afiliados, quienes ahora se ven obligados a tomar partido en medio de esta disputa interna.
En este contexto, se han convocado dos asambleas separadas: una por parte de la comisión directiva y otra impulsada por la facción de Morón. Estas reuniones podrían ser decisivas para el futuro del liderazgo en APEL y para determinar si es posible alcanzar un acuerdo que permita superar las diferencias y unificar al gremio. La situación sigue siendo tensa, y los próximos días serán cruciales para definir el desenlace de este conflicto.
La resolución de esta crisis será fundamental no solo para la estabilidad interna del gremio, sino también para su capacidad de representar eficazmente los intereses de sus miembros en el ámbito legislativo de Río Negro.
