En una ceremonia íntima y cargada de simbolismo, se cerró el ataúd del pontífice argentino en la Basílica de San Pedro. Miles de fieles siguen despidiéndose mientras la ciudad se prepara para un multitudinario adiós.
ROMA.– La Basílica de San Pedro vivió este viernes por la noche un momento profundamente simbólico y conmovedor: el cierre del féretro del papa Francisco, tras tres días de capilla ardiente en los que más de 250.000 personas pasaron a rendirle homenaje. Con la ceremonia de clausura finalizada, comenzó la vigilia nocturna que acompañará al pontífice argentino hasta la misa de despedida prevista para este sábado.
El rito de cierre fue presidido por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, en el Altar de la Confesión. Allí, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas leyó una escritura en latín, que sintetiza los principales hitos del pontificado de Jorge Mario Bergoglio. El documento fue depositado en el ataúd antes de su sellado, tal como dicta el protocolo vaticano.
Sobre el rostro del Papa se colocó un velo de seda blanca, en un gesto litúrgico conocido como velatio, que simboliza el tránsito hacia la vida eterna. La ceremonia concluyó cerca de las 21 horas, y dio paso a una vigilia de oración silenciosa que continuará hasta la mañana del sábado, cuando se celebre la misa exequial en la Plaza de San Pedro.
El sepelio, que será transmitido a todo el mundo, contará con la presencia de más de 130 delegaciones oficiales, entre ellas 50 jefes de Estado, 10 monarcas y líderes religiosos de distintas confesiones. Entre las figuras confirmadas se encuentran el presidente de Argentina, Javier Milei; su par estadounidense, Donald Trump; el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky; y el príncipe Guillermo del Reino Unido.
El Papa Francisco, que falleció este lunes a los 88 años tras complicaciones respiratorias, será sepultado en la basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos más queridos por él en Roma.
El Vaticano y las autoridades italianas desplegaron un amplio operativo de seguridad ante la esperada llegada de “varios cientos de miles” de personas durante el fin de semana, en coincidencia con un feriado nacional.
Desde las primeras horas del miércoles, fieles provenientes de todos los rincones del mundo –especialmente de América Latina– se acercaron al Vaticano para despedirse del primer papa argentino y latinoamericano de la historia. Muchos destacaron su cercanía, su humildad y su esfuerzo por reformar una Iglesia en crisis.
Este sábado, con la misa de cuerpo presente y el posterior traslado al lugar de sepultura, concluirán las exequias de uno de los líderes más influyentes del siglo XXI.
