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Argentina importa gas desde Chile para enfrentar la ola de calor y la alta demanda energética

La intensa ola de calor que afecta al norte de Argentina obligó al gobierno de Javier Milei a recurrir a un acuerdo con Chile para importar gas natural y garantizar el suministro de energía. A través de un convenio bilateral, el país vecino comenzó a enviar 1 millón de metros cúbicos diarios con el objetivo de reforzar la generación eléctrica en las provincias más afectadas por las altas temperaturas.

El anuncio fue realizado por la Cancillería de Chile, que confirmó la cooperación entre los ministerios de Energía y Relaciones Exteriores, junto con la participación de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP). Según indicaron en un comunicado, el suministro responde a un pedido formal realizado por la Secretaría de Energía de Argentina a la embajada chilena, en un intento por evitar colapsos en el sistema energético.

El gas que llega desde Chile abastecerá principalmente a las provincias de Salta y Chaco, y será transportado a través del gasoducto NorAndino y el sistema de Transportadora Gas del Norte (TGN). Si bien el volumen importado es limitado, se espera que ayude a mantener operativas las centrales térmicas que dependen de este recurso para generar electricidad y así evitar cortes masivos de luz en medio del calor extremo.

Los registros del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) muestran que los envíos desde Chile comenzaron el domingo con la cantidad acordada, aunque aún no se ha confirmado si el abastecimiento se mantuvo en los días siguientes. De acuerdo con especialistas del sector energético, la situación sigue siendo crítica debido a la elevada demanda de electricidad y las dificultades del sistema de generación y transporte para responder a los picos de consumo.

Esta es la segunda vez en lo que va del año que Argentina recurre a la importación de gas desde Chile. Sin embargo, el gas natural que llega a territorio argentino no es producido por el país vecino, sino que proviene de Gas Natural Licuado (GNL) importado, regasificado y luego enviado a la frontera. Este proceso encarece significativamente su costo, lo que genera críticas sobre la dependencia energética del país y la falta de infraestructura para maximizar la producción local.

En paralelo, el aumento del consumo eléctrico y la falta de capacidad de respuesta del sistema provocaron apagones en varias regiones del país, reduciendo la demanda total de energía. Según la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), para ayer se esperaba un pico de consumo de 30.259 MW, lo que habría marcado un récord histórico en el país. Sin embargo, los cortes de luz en Buenos Aires, Santa Fe y otras provincias impidieron alcanzar esa cifra, dejando sin suministro a miles de usuarios.

A raíz de esta situación, Argentina también recurrió a importaciones de energía eléctrica desde Bolivia y Brasil, que fueron ajustándose a medida que la demanda energética se redujo con el leve descenso de las temperaturas. No obstante, expertos advierten que si las olas de calor persisten en las próximas semanas, el país podría necesitar nuevos refuerzos de energía y gas, lo que profundizaría los problemas de abastecimiento y el impacto económico de estas importaciones.

Mientras tanto, el gobierno sigue sin dar detalles sobre posibles medidas estructurales para mejorar el suministro energético y evitar futuras crisis. Con la llegada del invierno en unos meses, también surge la incertidumbre sobre si habrá suficiente gas para cubrir la demanda de calefacción sin necesidad de recurrir nuevamente a compras de emergencia en el exterior.

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