La decisión judicial fue tomada por el Fiscal Adjunto en lo Penal, Gonzalo Nazar, quien secunda a Alejandro Gullé, procurador general de la Corte; ahorra resta un paso forma
Hugo Auradou y Oscar Jegou, los dos jugadores de la selección francesa de rugby imputados de abuso sexual, fueron autorizados a volver a Francia y a seguir el proceso judicial a distancia. Ellos esperan ser sobreseídos, como solicitó su defensa.
La decisión judicial fue tomada por el fiscal adjunto en lo Penal, Gonzalo Nazar, quien secunda a Alejandro Gullé, procurador general de la Corte, luego de ser consultado por el fiscal de Homicidios, Darío Nora, y la jefa de Fiscales de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual, Daniela Chaler.
La medida se haría efectiva mañana, luego de que la jueza de Garantías Elenora Arenas defina el planteo de los abogados de la querrella, quienes habían solicitado ampliar la pericia psicológica a los deportistas, pero los informes ya fueron concluyentes, dijeron fuentes judiciales.
“Los peritajes ya están finalizados y suscriptos por los peritos de ambos lados, de la defensa y la querella”, explicaron a este diario desde la Justicia provincial, aunque aclararon que se debe esperar a la resolución de la magistrada, en una audiencia prevista para mañana a las 11.30.
En el medio de la investigación, la semana pasada, los deportistas, ambos de 21 años, en libertad bajo proceso desde mediados del mes pasado, decidieron tomarse un avión y dejar la provincia cuyana para instalarse en Buenos Aires, ya que aseguraron que necesitaban estar más tranquilos y lejos del asedio de las cámaras; esto es, más cerca de familiares, amigos y allegados del mundo del rugby. En este sentido, será clave ahora la determinación que tomen los tribunales mendocinos para que puedan continuar viaje a su país y aguardar allí el futuro de la causa, la cual se encamina a quedar sin efecto.
El viernes pasado, sin la presencia de la supuesta víctima, quien ya se excusó por razones de salud mental, los peritos siguieron analizando los informes psicológicos y psiquiátricos realizados por cada una de las partes pero no tomaron una resolución, por lo que se postergó para el 5 de septiembre. Por tal motivo, la defensa de los rugbiers, liderada por el abogado Rafael Cúneo Libarona, hermano del ministro de Justicia de la Nación, tendrá novedades después de ese día acerca del pedido de sobreseimiento.
Los jugadores fueron detenidos el lunes 8 de julio en la Ciudad de Buenos Aires, horas después de haber sido denunciados por la mujer. El hecho expuesto ante la Justicia de Mendoza habría ocurrido la madrugada del domingo 7 en una habitación del hotel Diplomatic, el establecimiento de cinco estrellas ubicado en el centro provincial donde se alojaba la selección gala. La mujer y los deportistas se conocieron en Wabi, un popular boliche de Carrodilla, Luján de Cuyo, horas después del partido entre ambas selecciones disputado durante la tarde del sábado.
Durante la tarde de aquel domingo, la mujer radicó la denuncia en la Justicia, donde contó que había llegado con amigas a la discoteca. Allí conoció a Auradou, con quien luego se dirigió al hotel a bordo de un auto contratado a través de la aplicación Cabify. Aseguró que fue sometida sexualmente por el rugbier francés y luego por Jegou, quien compartí el cuarto con Auradou. Además, la mujer denunció haber recibido una salvaje golpiza.
Sin embargo, los peritajes forenses posteriores descartaron la existencia de lesiones de gravedad en diferentes partes del cuerpo –expresadas por la víctima–, al tiempo que se determinó que los moretones que tenía se debían a que padece el síndrome de Von Willebrand, que afecta la coagulación de la sangre, circunstancia que la denunciante ocultó al comienzo de la investigación.
A la espera del desenlace, los jóvenes aún se encuentran imputados por abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas, delito para el cual se prevén penas que van de 8 a 20 años de prisión.
“Me mataron en vida”
A mediados de la semana pasada se conoció una carta que denunciante dejó en las oficinas del Ministerio Público Fiscal, donde sostuvo que sufre un “apriete psicológico” que nunca imaginó. “Me mataron en vida” y “me sacaron las ganas de vivir”, afirmó. También habló de pasar a un “plano espiritual”, una críptica referencia, quizás, a un eventual suicidio.
En la carta, la denunciante agradeció con ironía al Ministerio Público Fiscal y afirmó que se “manejó” a la prensa “despiadadamente” con una condena social. “Gracias Ministerio Público Fiscal. Gracias. Me mataron en vida”, afirmó la mujer, que tiene 39 años.
Tras conocerse la carta, una fuente judicial dijo a LA NACION: “Está claro que ella tiene sus motivaciones y sentimientos, y todo reviste gravedad, pero lo que tiene que quedar en claro es que acá lo que se investiga es una denuncia por abuso sexual, por lo que se vienen analizando todas las pruebas y actuando en consecuencia”.